miércoles, 1 de junio de 2011

OPINIÓN

REPORTERÍA: 4 SESIÓN DEL CLUB DE LECTORES DE CÓMIC, SÁBADO 28 DE MAYO, MUSEO DEL ORO QUIMBAYA


Cuando el periodismo se cuenta en viñetas 

¿Es posible hacer periodismo en cómic? 


Joe Sacco 

Este sábado 28 de mayo se realizó con gran éxito la cuarta sesión del Club de lectores de Cómic en el Museo del Oro Quimbaya, “Cuando el periodismo se cuenta en viñetas”, que en esta ocasión fue dedicada al historietista maltés Joe Sacco, máximo representante de esta tendencia. 

Al evento asistieron alrededor de 30 personas, entre ellas estudiantes de Licenciatura en Español y Literatura y Comunicación Social-Periodismo de la Universidad del Quindío, escritores y también la poetiza montenegrina Noemí Pinto, que igualmente hace parte del taller de creación de cómic impartido por el club. 

Daniel Jiménez Quiroz, Coordinador del Club de Lectores de Cómic de Armenia y Director de la Revista Larva, afirma que hablar de periodismo en el cómic es un tema muy interesante, curioso, y que llama mucho la atención, “el periodismo puede ser contado en cómic, pues este es cercano a la realidad, y puede ser considerado un arte narrativo y documental muy importante, y al mezclarlo con el cómic, que es una manifestación artística, ya muy clara y especifica, que está en un boom muy relevante a nivel editorial, le da mucho valor”. 

Hablar de Joe Sacco, es clave dentro del periodismo en el cómic, el boom de la novela gráfica y el cómic a nivel mundial, es un personaje fundamental, es talentoso como dibujante, talentoso como narrador de cómic, como creador de historieta, pero además de eso, muy talentoso como periodista, asevera uno de los asistentes al evento. 

El evento inició a las 2:30 p.m. y tuvo una duración de 2 horas, donde se mostraron las obras más representativas de Sacco y sus técnicas para lograrlo, también los diferentes aspectos que hacen del periodismo contado en cómic, una nueva alternativa al momento de contar los sucesos en el mundo. 

Para realizar sus obras, Joe Sacco hace entrevistas y toma fotos del lugar, en muchas ocasiones sin autorización, lo que le obliga a vivir como uno más de los personajes que retrata. Ya en su casa, ordena el material y se pone a dibujar. Consciente de que la objetividad es una ilusión, Joe Sacco se dibuja en sus planchas en lo que considera un signo de honestidad, aclarando así a sus lectores que él es el "filtro y lupa de la historia". En su opinión. 

Las diferentes sesiones de los clubs de lectura en Colombia estarán pensadas en él, pues es importante que en un país como Colombia, que tiene una relación tan cercana con el periodismo, puede llamarle mucho la atención esta alternativa de contar los sucesos del mundo. 

Según Noemí Pinto, asistente al evento, “el cómic implica una lectura, una forma distinta de lectura, y es interesante en la medida de que atrae público, pues no todo el mundo es cercano a la crónica, u otros trabajos extensos de investigación periodística publicados en periódicos y revistas, y es ahí donde el comic aparece, y se convierte en una forma más atractiva de lectura, mucho más fácil, por lo tanto atrae lectores más fácilmente”. 

Dentro del evento también se dieron primicias del II Encuentro Nacional de Cómic, a realizarse en la ciudad de Armenia en las próximas fechas, como lo es la participación de Liniers, historietista argentino, durante la programación del Encuentro. 

El próximo sábado 26 de junio se realizará la V sesión de este club de lectura de Cómic, en el Museo del Oro Quimbaya a partir de las 2:30 p.m. como ya es usual, además, se invita a todas las personas interesadas en el tema que se vinculen a las charlas programadas por el club. 

CRÓNICA

Un fin de semana para recordar…con mis amigos los marihuaneros. 

Aunque al principio, me mostré muy reacio a hacerlo, pues aún soy muy prejuicioso y me preocupo mucho por el que dirán, después de mucho pensarlo accedí a salir un sábado en la noche con unos amigos de unos amigos, aquellos amigos, que todos tenemos pero que rara vez presentamos como amigos propios, pues no son exactamente lo que a uno le gustaría tener al lado y decir con orgullo: te presento un amigo... Pero salí, después de mucha insistencia de alguien que intentaba ayudarme a hacer bien mi trabajo, y que tiene también cierta preferencia por el periodismo; al final accedí, pues sabía que me convenía. 

Como ya es costumbre, muchas personas jóvenes esperan con ansias la llegada del fin de semana, pues es la oportunidad perfecta para salir de rumba, pasarla bien, estar rodeados de amigos, sin trabajo, sexo si es posible y alcohol, o en su defecto marihuana o perico. Pero para el “Cojo, Pájaro, Angüí, y Cooper”, es sólo un fin de semana más, un fin de semana más que les ayudará a compensar lo que no han podido disfrutar en el transcurso de sus cortas vidas, sin familia a la que rendirle cuentas, viviendo una vida desenfrenada y arriesgada, pero llena de inseguridades y peligros. 

Aquí en La Tebaida, como en muchos municipios de Colombia, a la hora del famoso “cierre”, durante el fin de semana, la vida social de sus habitantes gira en torno a los parques o plazas principales, después de una noche de rumba, la gente acostumbra desplazarse a este lugar, algunos con la fiel intención de comerse una suculenta hamburguesa o una deliciosa suiza, hecha por la “Mona”, una robusta mujer que todas las noches trasnocha en su carrito de comidas rápidas en frente de la alcaldía municipal, ganándose el diario como ella misma dice; otros sólo con ganas de coger un “pirata” para llegar a casa, otros sólo esperan en las escaleras de la iglesia o el mismo C.A.M. a que alguno de ellos tire la primera botella, o alguna niña se agarre del pelo con otra porque intentó ligarse a su novio, para que empiece la riña, otros, en su mayoría solo esperan a sus amigos que están “mercando”, para poderse trabar y pasar bien el inicio del nuevo día. 

Esa noche, después de mucha insistencia por parte de mi amigo, salí con un único propósito: conocer la vida nocturna de cierto grupo de personas, conocidos nuestros, que casi todos los sábados, mientras la mayoría de las personas se dirigen a dormir a sus casas, ellos se sientan en el parque a fumar marihuana para pasar un momento “chimba”, en el que se desestresan y no piensan en la desdichada vida que les ha tocado vivir, como aseguran algunos de ellos. 

Eran ya las dos y quince de la mañana, cuando llegaron a Plaza Nueva, uno de los parques del municipio, Jairo, Julio, Andrés y Didier, más conocidos como pájaro, el cojo, Cooper y Angüí. Llevábamos rato esperando en una esquina, pues como dije anteriormente, esa noche no salimos a rumbear ni nada a lo que se le parezca. Apenas nos vieron, llamaron a uno de mis amigos, que había tenido una especie de romance oculto y furtivo con “Pájaro”, el líder del grupo de amigos, para que nos sentáramos con ellos. 

Poco a poco, la gente salía de las discotecas, bares y cantinas de los alrededores, y ya sin pena, y creyéndose los dueños del territorio, empezaron a trillar las hojas de marihuana, para armar el bareto con el “cuero” de un pielroja, Julio, “el cojo”, que en esa ocasión no fumó, fue el encargado de la guardia, para que la policía no los coja, y no tengan problemas, pues esa noche estaban “alborotados”. 

Cooper, el más joven del grupo, tiene 20 años, y trabaja en una discoteca del sector, en esa ocasión era él quien trillaba la marihuana, pero Jairo “pájaro”, como es costumbre, es quien arma el bareto con el envoltorio de un cigarrillo pielroja, pues solo él sabe cómo hacerlo sin perder el contenido mientras lo hace. 

La verdad, ver esa escena no me molesto, pues la verdad, no sabía que estaban haciendo, y tenía curiosidad por saberlo, pero fue extraño realmente, era la primera vez que veía como lo hacían, y cómo quedaban después de fumar, el olor no me gusto para nada, de hecho, trate de distanciarme pero igual sabia que debía estar ahí, y ver todo lo que allí ocurría, debo reconocer también que, hasta ese entonces, siempre creí que la mirada perdida, los ojos rojos y dilatados era solo ficción, cosas de las películas, sugestión que nos habían metido a través de los años. 

En pocos segundos vi como sus rostros, por exagerado que pueda sonar, cambiaban de semblante, era como si se adormecieran, como en las películas. Fue entonces cuando empecé a notar sus miradas perdidas, sus ojos dilatados, las bobadas que decían, lo que hacían, todo fue tan extraño, me sentí realmente incómodo. 

De repente, empezaron a hablar de cosas, que a mi parecer son muy personales, pero que tal vez dijeron porque logramos camuflarnos entre ellos, en ese momento ya éramos parte del grupo, nos ganamos su confianza. Angüí, que nunca había hablado durante la noche, empezó diciendo que quería algo más, la verdad nunca supimos a que se refería, igual, nadie se percato en complacerlo, él vive cerca a la plaza, pero su familia no sabe que el fuma marihuana y adora el perico, así que siempre se le nota prevenido, “alerta” como dicen ellos, dice que no quiere decepcionar a su mamá, pero que cuando ella se entere de lo que hace casi todas las noches, será mejor no volver a su casa. 

Angüí tiene 23 años, su nombre verdadero es Didier, él es el gay del grupo, pero para ninguno de sus amigos eso es un problema, pues todos son de mente abierta, son de ambiente, les gusta pasar raticos chéveres con otros hombres, dicen ellos, aunque rara vez aceptan sus deslices homosexuales, solo lo hacen cuando están muy entonados. 

El primero en fumar siempre es Pájaro, el es como el macho alfa de la manada, es el mayor de todos, tiene 28 años, pero es un hombre pequeño de un metro con 60, de ojos saltones y mirada penetrante, pero detrás de esa imagen de macho, solo hay un hombre indefenso que intenta tener lo que en su niñez y juventud nunca tuvo, él fue criado por una pareja de ancianos, que todo el tiempo lo golpeaba, era una familia muy pobre, que vivía en condiciones precarias, deprimentes, desde entonces él se juro así mismo, que nunca volvería a ese lugar donde paso su niñez y parte de su juventud, creció lleno de traumas. Sus padres nunca quisieron hacerse cargo de él o de alguno de sus otros 3 hermanos, Jairo tiene 4 hijos, 3 mujeres y un solo varón, hijos de 4 mujeres diferentes con las que ya no tiene relación alguna. 

Aunque Jairo no trabaja, pues no tiene un empleo fijo, pero hace hasta lo imposible por conseguir todo lo que sus hijos necesitan, no le gusta que sus hijos sufran lo que él tuvo que sufrir, Jairo al igual que su ex esposa y madre de su última hija, es apartamentero, aunque cuando está muy trabado, baja de categoría y se convierte en raponero y raquetero de esquina, pero eso rara vez lo hace. 

Esa noche, cuando terminó de armar el bareto, y empezó a fumarlo, se paró en frente mío y me dijo, delante de todos los presentes: “esta marica que tenemos aquí, es lo más chimba que hay, tiene una cara espectacular, es sana, es de buena familia, es estudiada y aún así esta hoy con nosotros aquí sentada”, al principio me sentí un poco agredido, pero después de un rato lo tome como un halago, Jairo empezó a rotar el cigarrillo de marihuana, pasando por Angüí y Cooper, hasta consumirse, la verdad no dura mucho, se extingue rápidamente. 

Después de un rato de silencio, todos empezaron a hablar, el que más se mostró inquieto fue Julio, el “cojo”, según nos contaron los muchachos, él desde muy pequeño ha sido hiperactivo, pero a la hora de la verdad, es el más sano de todos, el cojo se ganó ese apodo por un defecto congénito que tiene en su pierna izquierda, que no le permite caminar correctamente, pero que hasta ahora no le ha impedido tener una vida plena, Julio rara vez fuma marihuana, pero adora el perico, le gusta hablar de las cosas que hace, de hecho es el más abierto de todos, es medio loco, y no teme decir lo que piensa o hace, le da igual salir desnudo a la calle, y que me dio pueblo lo vea, le importa un comino que lo vean fumando, o darle un beso en público a otro hombre, pues considera que si su mamá nunca le ha dicho nada, porque los demás han de hacerlo. El tiene 27 años, y aún no piensa en irse de su casa, o tener hijos, pues es consciente del mal ejemplo que sería como papá. Julio tampoco trabaja, sus papás aún lo mantienen, su papá es un zapatero drogadicto y alcohólico, el mismo lo reconoce, incluso esa noche estaba rondando el parque, trastabillando hasta más no poder, su madre es dueña de un lugar conocido como el “amanecedero”, una casa que es usada como cantina, un negocio ilegal que abre después de la hora del cierre para rematar la noche de fiesta, a la que asisten solo viejos campesinos. De vez en cuando, Julio trabaja con Jairo en aquellos negocios, pero normalmente se la pasa en su casa durmiendo, esperando a que llegue la noche, para salir con sus amigos. 

Después de fumarse otros dos baretos, llega el “Chinga”, un hombre de extraña apariencia, moreno, alto, usaba ropa holgada, estilo regaetenero de barrio, él es un amigo del combo, pero rara vez se sienta en el parque con ellos pues ya está muy “boleteado” con la policía, esta vez venía ofreciendo algo que le acababa de robar a un hombre que estaba muy borracho e iba solo por una calle rumbo a su casa, tengo que reconocer que en ese momento me dio mucho miedo estar donde estaba, pero no lo supe disimular, los muchachos lo notaron y mas apenado me sentí, y justo cuando más vulnerable me sentí, me dijeron que no me preocupara que mientras yo estuviera con ellos nada malo me iba a pasar, pues a ellos los respetan mucho en el sector. 

Al cabo de una hora, todos empezamos a sentir hambre, así que nos invitaron a mis amigos y a mí, a comer algo a las tres y media de la mañana donde Memo, el propietario de un viejo kiosco ubicado en frente de la plaza de mercado, Memo abre todos los días a las dos de la mañana hasta las 11 del día, para mí fue lo más extraño del mundo, era la primera vez en mis diecisiete años que me quedaba hasta tan tarde en la calle, era la primera vez que conocía gente de esa clase, y era la primera vez que iba a desayunar a las 03:30 de la mañana, y lo más sorprendente es que yo, que era el más renuente a hacer esa clase de cosas, empecé a sentirme en confianza. 

Esa mañana solo me tomé un café, lo necesitaba, usualmente me duermo a las 11 de la noche a más tardar, a esa hora ya quería mi cama, pero eran más mis ganas de quedarme en la calle que mi sueño, no la pase mal. Después de que “desayunaran”, y después de mucho hablar, por fin tenían sueño, pero por desgracia, llego un niño, llamado por todos “Mugre”, no quise preguntar porque, la respuesta saltaba a la vista, era un niño de unos 14 años, ya habitante de las calles, pegado de una botella de una sustancia amarilla, me explicaron que era sacol. Sin hacer ninguna clase de juicio, agache la mirada, pensando en lo horrible que era ver a un niño inhalando pegante, no me imagino a mí mismo haciéndolo, ni imagino a mis amigos, o a mis hijos, o sobrinos en esas. Sentí lastima por él. 

Ya era hora de ir a casa, eran las 4:30 de la mañana, y los “macabros” ya andaban sueltos, así que lo mejor era coger un pirata, aunque estaba relativamente cerca a mi casa, pero el peligro era inminente, pero antes de tomar uno, Jairo y Angüí ofrecieron llevarme a mi casa, así que me quedé con ganas de irme en el pirata, cosa que nunca había hecho en mi vida, ni siquiera había pensado en hacerlo alguna vez, es más ni sabía de su existencia hasta esa noche. En el transcurso de la plaza a mi casa, vi alrededor de unas 30 personas durmiendo en la calle, algunos “locos” e indigentes metiendo bazuco, a uno que otro niño “cool” metido en su carro fumando marihuana o consumiendo perico, vi como en frente mío, Pájaro raqueteaba a un borracho y no podía hacer nada, aunque me pareciera lo más horrible, no podía hacer nada para remediarlo, me sentí un poco culpable, de ahí en adelante sentí fue miedo a que intentara hacer algo en contra mía, pero me aseveró que él nunca atentaría contra alguien como yo, pues le caí bien, mejor dicho le gusté, pero casi 20 minutos después, llegamos a mi casa, me despedí de ellos no sin antes agradecerles su compañía y colaboración aquella noche, e inmediatamente me puse a pensar en tantas cosas. 

Aunque fue muy extraño, ver todo lo que vi, ese choque, por así decirlo cultural, fue una experiencia única en mi vida, se que va a sonar como un cliché, pero lo digo de corazón, porque así lo siento, esta clase de experiencias me hace pensar en lo afortunado que soy, tengo una familia adorable que me ha dado todo lo que he necesitado y hasta más, que también me ha permitido criarme en un ambiente sano, de amor, fraternidad, amistad, y buenas costumbres, tengo lo oportunidad de estudiar, privilegio que no todos aprovechan, o pueden tener, eso que escuché y sentí ese día me hace pensar en lo buena que ha sido la vida conmigo, y que gracias a dios, que es una de mis mayores creencias, he sido bendecido y no me ha tocado vivir una realidad que a diario aqueja a muchas personas en Colombia y el mundo entero, hogares destruidos por el alcohol, las drogas, el maltrato, el desamor, entre muchas otras razones que podemos evidenciar en la vida de estos jóvenes, que noche tras noche lloran en sus habitaciones pensando en todo lo malo que han hecho, y que por esa razón no merecen ser llamadas personas, como me lo confesó Pájaro, en una pequeña conversación que tuvimos antes de despedirnos aquella noche.

REPORTERÍA (LUNES 11 DE ABRIL DE 2011)

Capacitación en Bases De Datos ELSEVIER en la UNIQUINDIO 


Erika Hernández Macías, Gerente de desarrollo de cuentas de la editorial ELSEVIER México


Este miércoles 11 de mayo, se realizó con gran éxito la primera jornada de Capacitación en Bases De Datos ELSEVIER en el auditorio de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío. La capacitación estuvo a cargo de Erika Hernández Macías, Gerente de desarrollo de cuentas de la editorial ELSEVIER México, organización presente en Latinoamérica. El evento fue organizado por la Vicerrectoría de Investigaciones, la Biblioteca Euclides Jaramillo Arango y la Oficina de Planeación y Desarrollo. 


Con el fin de preparar el material necesario para la capacitación se les solicitó a los asistentes al evento inscribirse previamente, pero al final muchas personas pudieron ingresar sin la inscripción, para poder captar más estudiantes y que estos estén capacitados en esta importante área de la formación de futuros profesionales en investigación. 

ELSEVIER México es una de las más reconocidas editoriales científicas a nivel Internacional, comprometida con el desarrollo de las ciencias en América Latina, puesto que ayuda a aumentar la producción científica de cada país, ofreciendo herramientas, cada vez más y mejores, que le pueden servir a cualquier especialista en su área, trabajando siempre de la mano con las ciencias y la tecnología. 

ELSEVIER ofrece un variado portafolio de servicios, sus productos son bibliotecas digitales multidisciplinarias en línea, que les permiten a los estudiantes y docentes acceder a todo tipo de información de primera mano, información de investigaciones realizadas en el mundo entero. De estos productos la Universidad del Quindío cuenta con: SciVerse Science Direct, Scopus, Engeinnering Village, Embase y Reaxys. 

SciVerse Science Direct y Scopus son dos bases de datos multidisciplinarias, ambas son bibliotecas digitales donde la personas que tenga acceso a estas pueden sacar toda la información que necesiten, la diferencia entre ambas, es que Scopus ayuda a evaluar la información científica, tanto de un autor, como de una institución, evalúa quien es el mejor. 

Reaxys es para químicos, es un laboratorio químico virtual, luego esta Engeinnering Village, que es una herramienta para ingenieros, todo tipo de ingeniería, también esta Embase, que es para médicos, aquí pueden encontrar información acerca de farmacología, enfermedades, como funcionan, cómo interactúan, casos documentados de enfermedades extrañas, entre otras muchas ayudas. 

Adicional a estas bases de datos, también se habló acerca de ayudas interactivas como Brain Navigator, que funciona como una especie de GPS cerebral en el que se puede conocer el cerebro humano, funciona con disecciones, y es en 3D, para que la persona conozca cómo funcionan todas las partes del cerebro y como éste interactúa con todos los movimientos corporales. 

Con esta capacitación se busca que la comunidad Uniquindiana haga uso de los productos que la editorial ELSEVIER ofrece a la Universidad, estos productos se pueden encontrar en la plataforma del sitio web oficial de la Universidad del Quindío. 

Al evento asistieron alrededor de 50 personas durante la mañana y la tarde, entre ellos, estudiantes de Ingeniería de Sistemas y Ingeniería de Alimentos, Matemáticas, Química, Medicina, bibliotecólogos, investigadores, docentes y administrativos. 

Durante las dos jornadas, la primera en la mañana, a partir de las 10:00 a.m. hasta las 12:30 p.m. Erika Hernández Macías habló acerca de SciVerse Science Direct y Scopus, enseñó cómo se usan, cuáles son sus elementos más importantes, sus motores de búsqueda para el público en general, y la segunda desde la 01:30 p.m. hasta las 03:00 p.m. se habló de Engeinnering Village, Embase y Reaxys, algo más enfocado en ingenieros, médicos y químicos. 

Como premio por la participación, las personas que respondían bien a las preguntas, se les daba una “pluma”, como decía Erika Hernández Macías, de Engeinnering Village. 

“ELSEVIER busca solucionar problemas de información” sostiene Erika al culminar el evento, también afirma que pronto sacarán más bases de datos, cada vez más especificas. Cataloga el evento como uno “muy bueno”, por la participación de los asistentes aunque reconoce que para tener la universidad casi cinco mil estudiantes, admite que hay que repetir esta capacitación muchas veces para que todos puedan acceder a las bases de datos y así mejoren su calidad académica. Se comprometió a hacerlo y pidió a los asistentes difundir el beneficio de estas herramientas contratadas por la Universidad.

REPORTAJE

ARMENIA, UNA “CIUDAD AMABLE” CON EL OLVIDO

Mientras muchos quindianos empezamos a concebir Armenia como una “ciudad amable”, la verdad es que para muchos de sus habitantes, Armenia está muy lejos de ser catalogada la utopía de una ciudad amable. 

Esta situación se ve reflejada en muchos sectores de la ciudad, en algunos lugares más que en otros, pero aquí en Armenia, especialmente, en la carrera 20 entre calles 14 y 19, el sector conocido popularmente como la antigua plaza de mercado, uno de los lugares céntricos más concurridos, donde se mueve toda clase de comercio y se viven las verdaderas problemáticas sociales de la región, este lugar, incluso para sus propios habitantes, no podría considerarse la cara más “amable” que se quiere mostrar de la “ciudad milagro”. 


Vendedor de productos varios

Norbey, es un hombre trigueño de cuarenta y cinco años, de corta estatura, ojos azules y cabello rubio, al hablar con él, sorprende su forma de expresarse, pues solo estudió hasta el grado quinto de primaria, pero su léxico, su diplomacia y sus ideas revolucionarias se asemejan a las de cualquier político con sueños y aspiraciones de una Colombia mejor, preparado en una de las mejores universidades del exterior. Él es un vendedor ambulante, y aunque no le gusta ese apelativo, pues se considera un “vendedor de productos varios”, él como muchos otros vendedores, diariamente se levanta a hacer lo que mejor sabe hacer: vender, y no en un almacén, ni bajo un techo siquiera, vende en la calle, donde tiene que convivir con una gran cantidad de riesgos, tanto para él como persona como para su negocio: drogadicción, indigencia, expendios de droga, más ventas informales, desempleo, altos índices de accidentalidad, de hurto, entre muchos otros.


Ha trabajado casi toda su vida, y ha sido la vida misma la que lo llevo a vender en este lugar, lleva casi 10 años trabajando en este punto de la ciudad, y se considera testigo clave de todo lo que se vive en la 20. En su rostro se ve reflejado el paso del tiempo, y toda clase de pesares que uno se pueda imaginar, y que ha tenido que sufrir, al igual que la mayoría de sus colegas, que también han tenido que trabajar desde muy pequeños, dejar sus estudios, si es que tuvieron la oportunidad de hacerlo, “para poder sobrevivir junto con sus familias en una sociedad que día a día les exige más, pero que a la vez les da la espalda, mostrándoles la indiferencia que hay con ciertos grupos de la sociedad, una sociedad conformada por unos cuantos, a su conveniencia”, dice Norbey. 

Mientras Norbey vendía sus “productos varios”, caminábamos por la 20, me contaba acerca de las problemáticas sociales que tiene este sector, pero que nadie hacia algo para remediarlo, en la 15 con 20 esquina, uno de los principales problemas es el alto índice de accidentalidad, que ya había dejado varias víctimas, este problema se extiende por toda la carrera, porque no hay semáforos, no hay señales de tránsito, los carros se meten en contravía, y no hay una debida señalización, “ya se han enviado dos cartas a secretaria de transito y no fueron capaz de contestarla”, dicen Norbey y Reynaldo, un compañero vendedor que se unió a la conversación durante nuestro trayecto.


“¿Qué cuál es la problemática que tiene este sector? Aquí hay de todo lo que uno se pueda imaginar, se le tiene lo que necesite”, dice Reynaldo haciendo referencia a lo que tiene que vivir todos los días.

El sector del olvido 

Algunos de los habitantes de la 20, se consideran los “olvidados”, una parte de la sociedad que muchos ignoramos: “Hermano, somos gente que está en el centro de Armenia, y estamos abandonados, lastimosamente. Da tristeza ver como se acaba la ayuda al pueblo, como el gobierno nos deja un lado y como los demás nos ignoran como si no fuéramos nada”, dice Reynaldo, un vendedor de “comidas rápidas criollas”, como dice él, refiriéndose a la típica papa guisada, a la rellena con arepa, a la chunchulla, a las comidas del pueblo que se pueden conseguir en alguna esquina.


Mientras Norbey tomaba un refresco, que le acababa de comprar a Reynaldo, para saciar la sed en esa tarde de calor, se rascaba la cabeza, como pensando en las desgracias que había tenido que sufrir durante su vida, especialmente durante los últimos años, contó también que se sentía muy triste al ver los puntos de venta abandonados que hay en el centro de Armenia, que eran los puntos donde hace 12 o casi 13 años, que ocurrió el terremoto eran locales prósperos, eran negocios, eran almacenes, que por desagracia quebraron, y ahora los utilizan para guaridas de ladrones, de atracadores y bazuqueros.

Si esto fuera una cosa bien organizada, le cuento que este sería uno de los mejores sectores que tendría Armenia, porque estoy es muy movido, aquí se compra, se vende, esto es zona principal, pero lastimosamente yo no sé porque no prosperamos” dice Reynaldo en uno de sus tantos comentarios irónicos de la tarde. 


Tanto Norbey como Reynaldo coinciden en que les da tristeza ver como las autoridades se olvidan de ellos, y por el contrario, oyen escándalos de políticos por grandes estafas de dinero, dinero que podría contribuir al desarrollo de la ciudad.

Norbey insiste en que para ser la plaza de mercado uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad, es un centro comercial abandonado, olvidado, que necesita un cambio diferente, “estamos a unas cuantas cuadras de la alcaldía, del centro comercial de cielos abiertos y esto, en comparación, es abandono, los sectores abandonados se prestan para muchas cosas”, la plaza de mercado para muchos transeúntes, es un basurero, a los comerciantes les tocó tapar con lona verde la plaza para que la gente no botara sus basuras allí, “es que lotes como este, deberían estar cercados o deberían estar siendo utilizados por la gente que realmente los necesita”, dice Reynaldo.


¿Y las autoridades, donde están?

“¿Cuál ayuda? De que me hablan, por parte de la alcaldía… esa vieja pa’ lo único que nos sirvió fue para limpiarnos el culo”, afirma una anciana vendedora de frutas, quien toda su vida ha ejercido la misma profesión, y quien responde de manera agresiva al preguntársele por la ayuda que les brindan la alcaldía municipal para mejorar las condiciones del lugar a personas que como ella, Norbey y Reynaldo madrugan todos los días a preparar sus puestos para lograr unas cuantas “venticas”, que les permita alimentarse a sí mismos y a sus familias. 


Por cuestiones de seguridad, dice la anciana vendedora de frutas, pidió no revelar su nombre, aunque según ella misma, ella ha sido testigo de todo el proceso de transformación del sector, su nombre aparece en todo el papeleo de re-ubicación de los vendedores, y también en los ya muchos derechos de petición que han enviado con la fiel intención de ser nuevamente tenidos en cuenta en el mejoramiento del espacio público, como ciudadanos conscientes de la realidad que deben vivir día a día para poder subsistir.

La anciana mujer dice también que la alcaldía municipal, los dejó como vendedores ambulantes en un lugar donde supuestamente están los centros de venta, pero que hasta el día de hoy no han recibido ayuda alguna por su parte; la esterilla, las tejas de eternit y el balastro con que construyeron sus puestos fueron donados por la cámara de comercio, y el lote donde se encuentran ubicados le pertenece a un político reconocido del departamento, que según la habladuría popular, pronto será donado a los vendedores si decide lanzarse nuevamente a un puesto de elección popular.